jueves, 28 de abril de 2011

RESERVAS DE GAS Y PETRÓLEO:CUALES SON LAS RESERVAS REALES DE ENERGÍA EN CADA PAÍS DE AMÉRICA

En 2005 los países del hemisferio occidental produjeron 25% del petróleo mundial y consumieron 36%. Los tres países de América del Norte (Estados Unidos, Canadá y México) produjeron aproximadamente el doble de petróleo que los demás países americanos y consumieron alrededor de cinco veces más del mismo que el resto del hemisferio combinado.

En gas natural, la producción y el consumo en el hemisferio occidental en 2005 fueron más o menos iguales: 32% en el primer caso y 33% en el segundo. En este renglón la producción y el consumo en el resto del hemisferio fueron de entre 16 y 17% de los de América del Norte. La mayor parte del gas natural del hemisferio se mueve por gasoducto, y por consiguiente poco se puede importar de países de otros ámbitos. Si, como se espera, aumenta el comercio de gas natural licuado (GNL), este se volverá una mercancía global que podría importarse de fuera del hemisferio.
La cooperación energética es extensiva entre los tres países norteamericanos. Expertos de cada país se reúnen con periodicidad bajo la égida del North Americai Energy Working Group (Grupo de Trabajo de Energía de América del Norte) para evaluar sus perspectivas y necesidades individuales y colectivas. Canadá es el mayor ex portador de petróleo, gas natural y electricidad a Estados Unidos. En años recientes México ha llegado al segundo lugar en la exportación de petróleo a su vecino del norte sin embargo, es importador de gas natural su red eléctrica está mucho menos integra da a la estadounidense que la de Canadá. La mayoría de las exportaciones canadienses de petróleo provienen hoy día de las arenas bituminosas del país, y existe confianza en que los suministros futuros provengan de ese vasto recurso. Por el contrario, las reservas probadas de petróleo de México, dados los niveles actuales de producción, durarán sólo unos 10 años, y la exploración y nueva producción están limitadas por la falta de fondos en Pemex y el veto constitucional a la participación privada en proyectos de petróleo y en la mayoría de los de gas.
En contraste con América del Norte, la cooperación energética es limitada entre países del resto del hemisferio, sobre todo por animosidades políticas; el caso más notable es entre Bolivia y Chile, que data de la época en que Bolivia perdió acceso al mar tras ser derrotada en la Guerra del Pacífico, hace unos 125 años. La incapacidad de generar cooperación sostenida en temas energéticos en América latina refleja añejos fracasos en generar acuerdos duraderos en materia de comercio e integración económica.
Otra diferencia entre América del Norte y el resto del hemisferio es que ni Estados Unidos ni Canadá tienen una compañía petrolera nacional, en tanto que estas son ubicuas en otras partes. Estas empresas de ningún modo son iguales: Pemex y Petrobras (la firma brasileña) tienen estructuras diferentes y Petrobras tiene muchos proyectos conjuntos con compañías independientes y con otras paraestatales; Pemex no. La firma estatal venezolana, Petróleos de Venezuela SA. (PDVSA), opera hoy en forma muy diferente de como lo hacía antes de que Hugo Chávez llegara a la presidencia del país.
La situación energética en cada nación del hemisferio es única. Algunas recurren mucho a la energía hidroeléctrica para generar electricidad, otras al carbón, y otras al petróleo y el gas natural. La energía nuclear no se ha desarrollado mucho en el hemisferio. El etanol desempeña un papel más importante como combustible para el transporte en Brasil que en cualquier otro país de la zona.



ESTADOS UNIDOS. La producción petrolera fue de 6,8 millones de barriles diarios en 2005, más que en cualquier otro país del hemisferio, pero el consumo fue de 20,6 millones; la diferencia se cubrió con importaciones de 13,5 millones de barriles diarios (incluyendo derivados) El consumo representó 25% del total mundial. Alrededor de la mitad de las importaciones de petróleo y derivados procede ahora de países del hemisferio occidental.
La producción de gas natural en 2005 fue de 525.700 millones de metros cúbicos y el consumo fue de 633.500 millones, más que cualquier otro país. El consumo estadounidense de gas natural en 2005 representó 23% del total mundial. Cerca de 85% de las importaciones de gas de ese año provino de Canadá. Las importaciones de GNL fueron de casi 15% de todo lo que se entrega por oleoducto, y 75% procede de Trinidad y Tobago. El Grupo de Trabajo de Energía de América del Norte ha concluido que Estados Unidos, y América del Norte en su conjunto, tendrán que depender en el futuro más que hoy día de las importaciones de GNL.
La posición dominante de Estados Unidos en petróleo y gas lo convierte en el foco del análisis energético hemisférico, al tiempo que su creciente dependencia de las importaciones de petróleo y derivados se ha vuelto fuente de cada vez mayor preocupación interna. Esta inquietud se traduce en el discurso político nacional como la necesidad de lograr “independencia” energética, lo cual no es factible en el futuro previsible y tal vez no lo sea nunca, a menos que se produzcan importantes innovaciones tecnológicas. Esta independencia tampoco es factible en el hemisferio en las circunstancias actuales. Estados Unidos genera alrededor del 50% de su electricidad a partir del carbón, lo cual crea considerables gases de invernadero, en particular dióxido de carbono. Otro 20% de la electricidad del país es generado por energía nuclear.
La mayoría de las importaciones petroleras se utiliza en el transporte, y ello explica el actual énfasis en la producción de biocombustibles, en especial etanol, para suplir la gasolina.

CANADÁ. Las reservas probadas de petróleo de Canadá ascienden a 179.000 millones de barriles, las segundas en volumen detrás de las de Arabia Saudita, pero con una salvedad: el grueso de sus reservas es de petróleo no convencional, que puede extraerse de las arenas bituminosas de la Cuenca Sedimentaria del Oeste de Canadá (CSOC). Esta producción es de aproximadamente un millón de barriles diarios y se proyecta que se elevará a 3,5 millones hacia 2025. Este recurso hace de Canadá el proveedor más importante para Estados Unidos y también el más seguro en el hemisferio, y tal vez en el mundo a causa de la amistad y cooperación sustanciales entre ambos países. Más de 99% de las exportaciones de petróleo crudo de Canadá se envía a su vecino del sur.
La producción de las arenas bituminosas se logra con un alto costo ambiental, pues se contaminan enormes volúmenes de agua en los que se realiza la extracción de bitumen, además de que se liberan grandes cantidades de gases de invernadero. El país tiene 1,59 billones de metros cúbicos de reservas probadas de gas (56 billones de pies cúbicos), concentrados en la cuenca.

MÉXICO. Las reservas probadas de petróleo de México son de unos 14.000 millones de barriles, la mayoría crudos pesados ubicados frente a la costa del Golfo de Campeche, en el sudeste. Cantarell, el yacimiento que ocupa el segundo lugar del mundo en términos de producción, aportó 63% de la producción mexicana en 2004, pero ha ido declinando en más de 20% entre enero de 2006 y principios de 2007; a principios de 2007 produjo 1,6 millones de barriles diarios en comparación con 2 millones en 2005. Se hace un gran esfuerzo por moderar el descenso mediante la inyección de grandes cantidades de nitrógeno en el campo y perforando horizontalmente para extraer petróleo de una superficie mayor.
México produjo un promedio de 3,8 millones de barriles diarios de petróleo en 2005, pero a esta tasa de producción, combinada con el descenso en Cantarell, las reservas probadas durarán quizá 12 años —a menos que se den nuevos hallazgos—, de las cuales se han encontrado algunas de poca importancia en años recientes. El gobierno impone un fuerte gravamen a los ingresos brutos de Pemex para financiar alrededor de 35% del presupuesto federal. Esto ha sido necesario porque otras recaudaciones fiscales ascienden a sólo 11% del PIB, en un presupuesto equivalente a un 18% de este. A causa de esta alta carga fiscal, Pemex ha operado con pérdida neta en años recientes; tuvo una modesta ganancia en 2006 a causa de los altos precios del petróleo. Es incapaz de financiar exploraciones en aguas profundas del Golfo de México, donde hay elevadas perspectivas de nuevos descubrimientos; debido a esta escasez de fondos, carece de experiencia en perforación en aguas profundas, en contraste con Petrobras, que tiene gran experiencia en esa actividad.
La Constitución mexicana confiere a Pemex un monopolio sobre la exploración y la producción de petróleo y no permite el financiamiento accionario privado en estas actividades.
Las reservas probadas de gas natural del país son de 0,41 billones de metros cúbicos y si bien la producción de 2005 fue significativa, de 39.500 millones de metros cúbicos, México debe importar gas natural para hacer frente al creciente consumo. Pemex es el mayor consumidor de gas natural del país.

VENEZUELA. Las reservas probadas de petróleo de Venezuela a finales de 2005 eran de 79.700 millones de barriles, las mayores del hemisferio. Serían más altas (hasta 270.000 millones más) si el país lograra contar con el bitumen recuperable de la faja petrolera del Orinoco en la misma forma en que Canadá incluye su petróleo no convencional de sus arenas bituminosas. Sin embargo, Venezuela no ha llegado tan lejos como Canadá en la explotación de este recurso, aunque sin duda esos vastos depósitos serán importantes en el futuro. La producción petrolera es de 3,1 millones de barriles diarios (cifra de PDVSA) en 2005. Ese año Venezuela suministró 1,3 millones de barriles diarios a Estados Unidos, con lo cual ocupó el cuarto lugar en importancia entre los proveedores de ese país (detrás de Canadá, México y Arabia Saudita). Pese a la fricción política entre ambas naciones, cerca de 70% de las exportaciones petroleras venezolanas se destina a Estados Unidos. Hay dos razones para ello: la capacidad de las refinerías estadounidenses de manejar el petróleo crudo pesado venezolano, y el costo relativamente bajo de envío, lo cual es evidente en comparación con lo que se remite a China.
Los altos precios mundiales del petróleo ofrecen ingresos sustanciales a Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, para ocupar un papel preponderante en América latina y en la escena mundial. Venezuela ofrece precios reducidos a países del Caribe, entre ellos Cuba, y ha adquirido bonos para ayudar a Ecuador y Argentina. Ha propuesto la construcción de un megaducto para enviar gas natural a Argentina, vía Brasil, a un costo que probablemente rebasaría los 25.000 millones de dólares; el futuro de esta propuesta es incierto, por razones económicas, y también porque Venezuela no produce gas suficiente para enviarlo por ta~ conducto. Sus reservas probadas de gas son altas, de 4,32 billones de metros cúbicos, pero la producción en 2005 fue relativamente modesta, de 28.900 millones. En 2006 tomó medidas para obtener la propiedad mayoritaria de seis proyectos en la cuenca del Orinoco que antes pertenecían en su mayor parte a seis firmas privadas.

BRASIL. A finales de 2005, Brasil contaba con 11.800 millones de reservas probadas de petróleo. La producción y el consumo en ese año fueron más o menos iguales: la producción fue de 1,7 millones de barriles diarios, y el consumo, 1,8 millones. Sólo en años recientes dejó de ser importador de petróleo, en parte por el aumento de producción y en parte por el uso extendido del etanol como combustible para motores de automóviles.
Hoy día el etanol puede suministrar 40% del combustible para autos en el país. La mayoría de los vehículos son de consumo flexible, capaces de funcionar con cualquier mezcla de gasolina y etanol; la mezcla actual contiene 23% de etanol, el cual en el país sudamericano se elabora a partir de la caña de azúcar. El gobierno estadounidense subsidia directamente la producción de etanol, lo cual ocurrió también en Brasil durante muchos años, pero ya no. Estados Unidos cobra un derecho de 54% por galón <3.785 litros) más 2,5% de impuesto de importación ad valorem al etanol brasileño, pese a que Brasil es su proveedor más importante de este combustible. Brasil también realiza investigación en biodiésel fabricado a partir de semillas oleaginosas que se pueden encontrar en la parte nordeste del país, rezagada económicamente. A finales de 2005 Brasil tenía 0,31 billones de metros cúbicos de reservas probadas de gas. Su producción para ese año fue de 11.400 millones de metros cúbicos, y su consumo, de 20.200 millones.
La diferencia fue cubierta en gran parte con importaciones de Bolivia, la cual nacionalizó en 2006 las productoras extranjeras de gas, incluidas las instalaciones propiedad de Petrobras, y también elevó los precios del gas natural. Ha habido hallazgos recientes de depósitos aparentemente grandes de gas en las sondas de Campos, Santos y Espíritu Santo. La perforación en la sonda de Santos fue profunda, hasta de 3.500 metros. La capacidad de Petrobras de emprender perforaciones en aguas profundas merece subrayarse porque es precisamente una habilidad que Pemex no ha desarrollado. Brasil prevé contar con la infraestructura completa para llevar el gas de la sonda de Santos al estado de San Pablo en unos cinco años, y reducir la necesidad de importaciones de Bolivia. Además construye dos plantas para la regasificación de GNL Petrobras es una paraestatal emisora de acciones que se venden en las bolsas de valores, pero el gobierno posee la mayoría de acciones ordinarias. A diferencia de Pemex, Petrobras debe satisfacer tanto a accionistas privados como al gobierno de Brasil.
Aproximadamente 80% de la electricidad del país se produce con energía hidroeléctrica, lo cual necesita el respaldo de plantas generadoras termoeléctricas que requieren importaciones de gas natural y diésel durante los períodos de secas.

ARGENTINA. Las reservas probadas de petróleo de Argentina ascienden a 2.300 millones de barriles (finales de 2005). La producción fue modesta en 2005, 725.000 barriles diarios, y el consumo fue de 421.000 barriles diarios. Las reservas de gas natural a finales de 2005 fueron de 0,50 billones de metros cúbicos. La producción de ese año fue de 45.600 millones de metros cúbicos, y el consumo, de 40.600 millones, más o menos suficiente para el uso interno pero poco para exportar. De hecho, en 2004 Argentina
canceló un contrato para enviar gas natural a Chile, aunque siguió remitiendo un poco durante más o menos un año. El gas natural dio energía a cerca del 55% de la producción eléctrica del país y petróleo para 30% en 2005. En 1997 Argentina ocupó el tercer lugar entre los mayores usuarios de gas natural en el mundo, detrás de Estados Unidos y Rusia. Ha cerrado un contrato para importar grandes cantidades de gas de Bolivia una vez que la infraestructura de esta se haya instalado.
La estatal argentina, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), fue privatizada en 1993, durante la presidencia de Carlos Menem; la nueva empresa se llama hoy Repsol-YPF. En 2004 se fundó una nueva paraestatal, Energía Argentina S.A. (Enarsa), sin capital pero con la autoridad para vender nuevos contratos de concesión costera a empresas privadas de petróleo y gas y colaborar en proyectos conjuntos.

BOLIVIA. La importancia de Bolivia en el campo energético se deriva de sus hallazgos relativamente recientes de gas natural. Las reservas probadas de gas a finales de 2005 ascendían a 0,74 billones de metros cúbicos, segundas en volumen en América del Sur, después de las de Venezuela. La producción en ese año fue de 10.400 millones y casi toda se destinó a la exportación. La mayor parte de los descubrimientos ocurrió en la década de 1990, durante el gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y fueron seguidos por contratos extranjeros con la paraestatal boliviana, Yacimientos Pe trolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), y la instalación de gasoductos para exportación, en especial Gasbol, que va de Río Grande, al sur de Santa Cruz, en Bolivia, a San Pablo y Porto Alegre, en Brasil, país que ha desempeñado un papel importante para Bolivia al generar 18% de su PIB en 2005.
A partir de 2000, el nacionalismo político creció y se enfocó abiertamente en el papel del gas natural, pero sobre todo en la división de la energía nacional. Hubo manifestaciones callejeras bajo el lema “No al gas”, y dos presidentes, Sánchez de Lozada y luego su vicepresidente y sucesor, Carlos Mesa, fueron obligados a renunciar. Evo Morales fue elegido presidente en diciembre de 2005 y en mayo del año siguiente se nacionalizaron las compañías energéticas extranjeras. En 2007 Brasil accedió a pagar precios más altos por el gas boliviano, y también decidió acelerar la construcción de infraestructura para transportar gas natural de la son-da de Santos a San Pablo y dos instalaciones para regasificar GNL
Aquí es apropiada una mención a Chile porque demuestra los problemas de la cooperación en asuntos energéticos en América del Sur. Antes de la elección de Morales, una evaluación realizada por empresas extranjeras del ramo proponía llevar gas boliviano a un puerto chileno en el que se transformaría en GNL para envío a las costas occidentales de México y Estados Unidos. La propuesta se rechazó porque el puerto estaba en Chile. Bolivia no vende gas natural a Chile y advierte a otras naciones de no reenviar gas boliviano a ese país. Argentina, como se dijo antes, rescindió un contrato para enviar gas natural a Chile. Perú, como se indicará más adelante, tiene la mayor parte de su gas comprometido para uso interno y para embarques de GNL a México y Estados Unidos. Chile está rodeado de países con gas natural, pero ahora construye una instalación de regasificación para comprar GNL de Asia.

PERÚ. El énfasis actual en Perú está puesto en el gas natural más que en el petróleo. A finales de 2005, el país contaba con 1.100 millones de barriles de reservas probadas de petróleo. La producción en 2005 fue de 111.000 barriles diarios, y el consumo, de 139.000. Las reservas probadas de gas natural a finales de ese año eran de 0,55 billones de metros cúbicos, pero la producción en Camisea, el mayor hallazgo gasífero del país, está apenas en preparación. La expectativa es que Perú será exportador de hidrocarburos en 2007. Su tasa de éxito es de 75% en recientes exploraciones de gas, así que las perspectivas futuras son prometedoras.
Camisea se ubica en la delicada zona selvática del país y ha habido considerable presión, tanto de organismos internos como foráneos, para imponer estrictos controles ambientales. El Banco Interamericano de Desarrollo también insistió en previsiones sociales que beneficien a la población local y condicionó su apoyo financiero a que se tomen medidas sociales y ambientales, postura que fue reforzada por otras entidades financieras que prestan apoyo, como el Banco Mundial, la Corporación Andina de Fomento y el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil. Dichas previsiones consisten en destinar aproximadamente 40% de las regalías e impuestos pagados por los operadores de Camisea directamente a los municipios de la zona del proyecto, lo cual abre nuevos terrenos en los contratos sobre gas natural. El gobierno peruano no tuvo que endeudarse para invertir en Camísea.
La primera prioridad para el uso del gas extraído de Camisea será satisfacer las necesidades internas peruanas. También existe un contrato gubernamental con un consorcio de compañías energéticas extranjeras para producir GNL, que se enviará a las costas occidentales de México y Estados Unidos. El desempeño en dos variables clave 1 —por encima y más allá de la extracción exitosa de gas— será crucial para la percepción futura de Camisea: serán eficaces las salvaguardas ambientales a la luz de algunos fracasos iniciales, y será cierto que los fondos designados se distribuirán directamente entre los municipios cercanos?

ECUADOR. Las reservas probadas de petróleo a finales de 2005 eran de 5.100 millones de barriles, terceras en volumen en América del Sur (detrás de Venezuela y Brasil). La producción en ese año fue de 541.000 barriles diarios, y el consumo, de 148.000. Como puede observarse en estas cifras, el país exporta una gran proporción de su producción. Sus reservas de gas natural son bajas y no es un productor significativo.
Ecuador es un país turbulento en términos políticos. Ha tenido por lo menos siete presidentes en los 10 años pasados (sin contar un triunvirato que duró unas horas y un presidente que fue depuesto después de un día). Un contrato con Occidental Petroleum se anuló en 2006 y todavía no hay un veredicto sobre la compensación que se pagará. ExxonMobil abandonó Ecuador y en 2005 EnCana, gran compañía energética canadiense, vendió sus activos a una empresa china.

COLOMBIA. Las reservas probadas de petróleo del país a finales de 2005 eran de 1.500 millones de barriles. Su producción de ese año fue de 549.000 barriles diarios, y el consumo, de 230.000. Las reservas de gas natural a finales de 2005 eran de 0,11 billones de metros cúbicos; la producción, de 6.800 millones de metros cúbicos, y el consumo, también de 6.800 millones. A finales de 2005 tenía reservas probadas de carbón de 6.600 millones de toneladas cortas.
En la década de 1920 Colombia era exportadora de petróleo; en la de 1970 se volvió importadora, pero ahora puede satisfacer su demanda interna con producción propia y deja un modesto residuo para la exportación. Se encuentra ubicada en una región prometedora en hallazgos petroleros, al lado de Venezuela y Ecuador, pero ha tenido menos éxito que sus vecinos. Existe preocupación de que pueda volver a ser importadora y, en consecuencia, sE otorgan términos favorables a los inversionistas. Alrededor de 80% de sus sondas se dimentarias permanece sin explorar. La paraestatal Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol) se fundó en 1951 y tiene buena fama de eficiencia. En 2006 se privatizó 20% de la firma.
Durante mucho tiempo, Colombia ha tenido un problema grave en la explotación de petróleo y gas a causa de la destrucción de ductos por la guerrilla y de la violencia y secuestros dirigidos a menudo contra extranjeros que trabajan en el sector energético.

TRINIDAD Y TOBAGO. Las reservas probadas de petróleo a finales de 2005 eran de 800 millones de barriles. Ese año la producción fue de 171.000 barriles diarios. La mayor sombra que proyecta este país en el hemisferio es por su producción de gas natural y sus exportaciones de GNL A finales de 2005 contaba con reservas probadas de gas de 0,55 billones de metros cúbicos y la producción de ese año ascendió a 29.000 millones. Sus reservas de gas representan menos de 1% de las del planeta, pese a lo cual se ha vuelto un importante proveedor de GNL a Estados Unidos; como se indicó antes, suministra a ese país 75% de sus importaciones de ese energético. Esta situación es muy prometedora para la nación caribeña silos expertos en energía de las tres naciones norteamericanas son precisos, a saber, es probable que las tres tengan que apoyarse en mayores importaciones de GNL en el futuro.
Trinidad y Tobago es un pequeño país con una población de 1,3 millones de habitantes, que ha sacado el mayor partido a sus recursos de petróleo y gas, los cuales generan alrededor de 40% del PIB y 50% del ingreso del gobierno; también han generado industrias internas que consumen energía, como las del amoníaco, el metanol y el aluminio para fundición. Estas actividades han producido considerable daño ambiental, problema que debe atenderse.

CONCLUSIONES. La cooperación en asuntos energéticos es mucho mayor en América del Norte que en América del Sur. Los mejores contrastes son la relación de colaboración entre Canadá y Estados Unidos y la postura antagónica de Bolivia y Chile. Muchos de los problemas irreconciliables con naciones del hemisferio surgen del nacionalismo defensivo, como las turbulentas relaciones de Ecuador con las compañías petroleras foráneas y la negativa de México a permitir la inversión privada en la exploración y producción petroleras. Bolivia estaba dispuesta a enemistarse con Brasil al intervenir por la fuerza en las operaciones de Petrobras para nacionalizarlas. La política energética también sufre por la agitación política en los países, como el derrocamiento de dos presidentes en Bolivia a causa de las ventas de gas natural a extranjeros, y por el desacuerdo en el Congreso en torno a los impuestos a las compañías energéticas foráneas en Ecuador. El presidente de Venezuela declara con regularidad que se propone reducir las ventas de petróleo a Estados Unidos, pero no lo lleva a cabo en la amplitud que proclama porque no existen mercados alternativos que puedan manejar el crudo pesado de su nación. El origen de estas discordancias no es un misterio, pero todas tienen costos económicos para los países involucrados.
Sólo dos de los 11 países analizados no tienen empresas energéticas estatales: Estados Unidos y Canadá. Esas compañías no son iguales en ninguna forma. Petrobras ha desarrollado un historial envidiable, en tanto Pemex ha sido incapaz de actuar como una tipica compañía petrolera porque el gobierno central la priva de los fondos necesarios para la exploración y producción normales. Las otras firmas estatales varían considerablemente; PDVSA se encuentra bajo mayor control político que Ecopetrol en Colombia.

Por último, existe a menudo una diferencia patente entre los objetivos de los discursos y las acciones concretas para alcanzarlos. Varios presidentes estadounidenses han proclamado el objetivo de la independencia energética, pero se niegan a elevar las normas de eficiencia de combustible. El presidente Chávez anuncia un proyecto para construir un megaducto de Venezuela a Argentina, y bien puede ser que el objetivo real sea el anuncio en sí, porque nada se ha hecho por llevarlo a cabo. Las autoridades mexicanas están hoy de acuerdo en que deben explorar las prometedoras aguas profundas del Golfo de México, pero hasta ahora no han hecho nada por hacer de ello una realidad. El hemisferio no ha sido más capaz de integrar su política energética y cada uno de esos fracasos acarrea costos considerables.

Director de la cátedra William E. Simon de Economía Política en el Center for Strategic and International Studies

Fuente Consultada: Revista Veintitrés Internacional Junio 2007





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