22/06/08 Por GRR - Grupo de Reflexión Rural
A propósito de la campaña que lleva Greenpeace en la Argentina para certificar la producción de biocombustibles. Lo que se nos propone en realidad, es considerar sustentable o responsable, que para el caso da lo mismo, a la soja transgénica, siempre y cuando no se origine en campos ganados a los montes nativos.
El 22 de abril de 2008 el GRR expuso en conferencia de prensa las razones por las cuales se opone a la Mesa Redonda de la Soja Responsable (se da por sentado que habrá “SOJA IRRESPONSABLE”). Allí recordábamos que en el 2004 esta misma Mesa se denominaba de la soja Sustentable.
Nos preguntábamos si tal vez los asesores de imagen de los agronegocios habrán aconsejado este cambio semántico para que el maquillaje verde sea más eficiente, en especial, en momentos en que nuestro querido país se sorprende al saber qué significa ser una”Republiqueta Sojera”.
Lo tristemente sorprendente, es que algunas organizaciones se presentan ante la opinión pública como ecologistas, y que inexplicablemente, formaron parte de estas mesas de consenso en que se acostumbra sentar a víctimas, victimarios y cómplices de los victimarios, ahora están empeñadas en una campaña para “exigir” que se promuevan nuevos maquillajes verdes. Nos dice Greenpeace en uno de sus últimos documentos: “Este viernes la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner estará en la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, (en Lima-Perú). Es fundamental que, en esta reunión, se plantee la necesidad de contar con criterios sustentables de producción de biocombustibles”.
Lo que se nos propone en realidad, es considerar sustentable o responsable, que para el caso da lo mismo, a la soja transgénica, siempre y cuando no se origine en campos ganados a los montes nativos. Es decir que, se está dando por cierta la posibilidad de que sea factible la obtención de agrocombustibles de forma sustentable y acordando políticas comunes con las corporaciones. Pero suponer que existe alguna posibilidad de que los agrocombustibles puedan ser sustentables, niega las desastrosas consecuencias que la expansión de la soja transgénica dejó y sigue dejando no sólo en las áreas chaqueñas desmontadas sino en el propio corazón sojero de la Argentina, como viene denunciándolo el GRR, desde hace una década. Los resultados de la entrega del manejo de 17 millones de hectáreas al libre juego de los agronegocios han demostrado que la producción de soja no es responsable ni sustentable a nivel ecológico, social, agrario ni económico, y que el crecimiento económico derivado de esta explotación es ficticio, ya que está basado en subsidios ambientales y sociales que descapitalizan salvajemente al país.
Esta situación, además, pone al descubierto la mentalidad del establishment científico tecnológico nacional, que ahora es capaz de imaginar la producción de cultivos regidos por certificaciones, protocolos y BPA (buenas prácticas agrícolas) y BPM (buenas prácticas de manufactura), para producir bioproductos tales como :biocombustibles, biofármacos, bioplásticos, fermentaciones industriales, etc., de manera tal que aprovechando la “burbuja” de crecimiento económico que se produce, se presentan para este sector, fuertes oportunidades de interrelación con actores externos, oportunidades que se traducen en apoyos financieros a las investigaciones orientadas en este sentido.
La mentira misma del agrocombustible sustentable, de aplicarse, llevaría a los pequeños agricultores a abandonar su intrínseca función social de velar por la Soberanía Alimentaria. En tal caso, se los impulsará a aumentar el abandono de la autoproducción de alimentos, que hasta el Censo Agropecuario del 2002 abastecían hasta el 65% de nuestras mesas, porcentaje que ha ido bajando en forma alarmante hasta la fecha.
Sin embargo, la misma Romina Picolotti (Secretaria de medio ambiente), propicia la introducción de la jatropha, una oleaginosa de origen asiático usada en experiencias en Santiago del Estero y en otras provincias del Noroeste y Nordeste, con la idea de fomentar la producción sustentable de agrocombustible (CLARIN Rural el sábado 12 de mayo 2007, Pág. 20). La funcionaria encargada de velar por la protección de los bosques, su biodiversidad, su integridad ecológica, parece desconocer que las mismas tierras en las que se propone el cultivo de jatropha para reducir las emisiones de CO2, son naturalmente sumideros de carbono, en las cuales, además, hay producción familiar de cabras, aves de corral, miel, y un aprovechamiento tradicional de especies nativas de flora y fauna.
Con frecuencia, las instituciones de ciencia y tecnología reconocen al sector de la agricultura familiar y la necesidad de apoyo que éste tiene para lograr sustentabilidad en sus sistemas productivos, contribuyendo a una sociedad más equitativa. Lo que nos preocupa es si acaso, ese reconocimiento surge desde la perspectiva del respeto por las características únicas de la PAF (Pequeña Agricultura Familiar) y su modelo de agricultura de procesos o si, tal como tememos, y más o menos encubiertamente, se la pretende transformar en “competitiva” con la agroindustria de escala, condenándola de esa manera, irremediablemente, a una segura desaparición.
Es llamativo que dentro mismo del INTA se manifiestan estas contradicciones. Por ejemplo, con referencia a los agrocombustibles, el Dr. Reinaldo R Muñoz, Jefe de Estudios Económicos del INTA Pergamino, expresa que:”La carga para la agricultura de generar energía parece muy pesada y las medidas de promoción de biocombustibles en los países líderes –para ser producidos en los países de la periferia,- nota bene del GRR-, pueden detonar un conflicto alimentario muy grave con repercusiones aún desconocidas para los países más pobres. En lo mediato, pueden traer un encarecimiento generalizado de los alimentos”…“Los biocombustibles no deberían ser tomados de manera alguna, como la solución al problema energético o de la actual crisis ambiental, sino tan solo como partes de un complejo proyecto de desarrollo humano y energético.”
En nuestro caso, estamos lejos, todavía, de establecer políticas rectoras que en el campo de la ecología impidan que todo proyecto político o legislativo termine convirtiéndose en un nuevo instrumento de devastación de los ecosistemas, mayor contaminación y sometimiento. Mientras no podamos generar un proyecto de Nación y conscientes que en esta etapa de dominación, las propuestas empresariales son las de maquillar de verde sus políticas, a la vez que comprometer en sus agronegocios a los pequeños productores, solo nos queda denunciar todo intento de acompañar las políticas empresariales con presuntos eco bussines y mercados certificados. Finalmente, es condenable que se desgrave la producción de biodiesel mientras continúan desapareciendo los cordones verdes productivos familiares y pequeños productores de pueblos y ciudades con sus granjas, huertas, montes frutales, y mas allá, los tambos, campos de cría, recría y engorde y toda la diversidad agrícola. La realidad global y nacional impone privilegiar la producción de alimentos variados, sanos, culturalmente aceptados por nuestro pueblo y obtenidos por pequeños agricultores con procesos que preserven el entorno ecológico.
No es admisible la producción de agrocombustible en un país que recibe donaciones de alimentos como documentamos en nuestra www.grr.org.ar. Las organizaciones especializadas en ayudar al maquillaje verde de la agroindustria, cuando sugieren que puede existir algún Agrocombustible sustentable, resultan funcionales a los agronegocios, y son cómplices y socias de estos. El único Agrocombustible sustentable es aquel que no se produce, en tanto que la solución a los futuros problemas de la humanidad y la biosfera que permite su existencia, comienza por la reducción del consumo de combustibles, y como tesis fundamental, propugnar el desarrollo humanitario sin crecimiento económico. www.ecoportal.net
GRR Grupo de Reflexión Rural - 29 de mayo de 2008
ECOPORTAL.NET
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